Existen varias investigaciones y artículos que promueven la compañía de una mascota en el crecimiento de los niños y ¿quién no soñó con un perrito de mejor amigo en su niñez? Seguro que algunos de sus hijos ya les han hecho la petición de tener una mascota y como padres ponemos en una balanza los pro y contras de adquirir esta responsabilidad. Cuando ya se toma la decisión y todo es felicidad, pasan los años y ¡Ho-Ho! nuestra mascota se enferma, sufre un accidente, se pierden (o roban) o ya están viejitos para acompañarnos en nuestras vidas y toca el momento de afrontar este tema con nuestros hijos.
En muchos casos, las mascotas terminan siendo los mejores amigos de nuestros niñ@s y un integrante más de la familia. A mi parecer se debe tratar esta pérdida como si fuera la de un ser querido y no restar importancia al hecho, ya que este proceso, que también resulta ser un aprendizaje, ayuda a los niños a hacer frente a duelos futuros que puedan llegar a vivir. Mis recomendaciones son:
- Dar la noticia en un lugar tranquilo, que permita al niño o niña tener la privacidad de realizar todas las preguntas y escuchar las respuestas sin distracciones, además de vivir su pena sin interrupciones.
- Es importante tener presente la madurez y la edad de los niños, para así utilizar las palabras adecuadas y entregar solo la información que necesiten. Por lo mismo se debe ser claros y sencillos.
- Jamás faltar a la verdad, decir: “Boby se durmió” o “se fue de viaje”, no es resguardar a los niños, sino por el contrario, pueden incluso crear expectativas sobre un posible regreso. Las mentiras, aunque sean piadosas, pueden jugar en contra en un futuro.
- Ayudarlos a sobrellevar las emociones, que pueden ser muchas. Es importante ayudarlos a verbalizarlas y que es normal sentirse así. Esto también cuenta para los adultos: no oculten su pena ante los niños. Cuando la situación ya haya pasado, se pueden realizar una ceremonia de entierro, recordar anécdotas felices o mirar fotografías. Al igual que cuando muere un ser querido, se debe pasar por el momento del duelo.
- Respecto de tener otra mascota en reemplazo de la que ha partido, claro que es una decisión familiar, pero creo que se debe esperar un tiempo para vivir el duelo, cuando veamos que la familia y en especial los niños ya enfrentan la perdida con tranquilidad y aceptan esta despedida, podría ser el momento para tener otro mejor amigo, pero serán los mismos niños quienes manifestarán esto. Ojo: un animal no reemplaza a otro.
- Existen libros para niños que nos ayudan a ejemplificar de mejor forma este tema. Hay algunos que se pueden leer antes de vivir un duelo (“Es así” de Paloma Valdivia), durante el proceso para ayudarlos a sobrellevar la pena (“El árbol de la memoria” de Britta Teckentrup) o después de un tiempo vivido el duelo para reflexionar (“El corazón y la botella” de Oliver Jeffers).
Vivir este proceso nos hace crecer, duele a pequeños y grandes por igual, lo importante es sobrellevarlo con cariño y contención, comprendiendo que puede ser un impacto nuevo para nuestros niños pero que, con nuestro apoyo, todo irá mejor. Ustedes ¿Han vivido este proceso? ¿Alguna recomendación?
Escrito por, Maca Rojas, docente universitaria. Mamá primeriza y aprendiz de este nuevo rol. Su nuevo mundo lo integran la pequeña Maite, su amado Marco, hijos perrunos y una eriza de tierra arisca. Inquieta, habladora y entusiasta. Colaboradora en el Blog Mamá Educadora.com