Nuestros pequeños cuando entran a su primer año de vida en adelante pueden verse enfrentados a sus primeras muestras de enojo, frustración conocida como su primera pataleta, rabieta o berrinche.
Se entiende como pataleta o berrinche a la expresión descontrolada, a la explosión emocional que sirve como canal para expresar rabia, frustración, malestar, estas muchas veces se pueden dar porque nuestro pequeño no ha conseguido lo que deseaba o también porque algo no ha salido como él quería.
Estas corresponden a una manera de comunicación por parte de nuestros niños/as, de comunicar su malestar, o disconformidad, debido a que aún no han adquirido las habilidades para comunicarse, pero a medida que crecen y van adquiriendo el lenguaje estas deberían ir disminuyendo en intensidad y cantidad. Es importante ver las pataletas como una instancia para el aprendizaje y no como algo negativo, ya que estas son parte del desarrollo normal de nuestro pequeño/a y estas experiencias le permiten aprender a regular la intensidad de sus emociones, a tolerar la frustración, autorregularse y a resolver problemas.
Las pataletas o berrinches, son algo normal y parte del desarrollo vital de un niño/a suele darse entre los 12 a 18 meses de edad y con mayor intensidad dentro de los 2 a 3 años para llegar a los 4 a 6 años ya en declinación.
¿Cómo enfrentarlas como papás? Es común escuchar muchos consejos de dejar solo al niño, déjalo llorar, ya se la va a pasar, déjalo en su pieza. Pero en realidad no es la medida más adecuada, ya que solo va generar más frustración, enojo y sentimientos de rechazo, pena, inseguridad que a la larga van a generar otras dificultades en la vida de nuestros hijos/as.
Es importante, para nuestros niños y niñas que como padres, madres y/o Educadores mantengamos la calma y tengamos un manejo respetuoso de la pataleta, es decir debemos estar presentes, contenerlos con amor, puede ser difícil ya que muchas veces la pataleta nos pille en medio del supermercado o en alguna tienda y hay muchas personas observándote y te sientes enjuiciada por la mirada de ellos y eso te estrese o te coloque nerviosa, en lo personal a mí me ha pasado; Pero lo importante es obviar a la gente y estar ahí con tu hijo/a, acompañándolo, conteniéndolo, abrazándolo y conversando en un tono suave, decirles que entendemos lo que están sintiendo, por ejemplo “sé que tienes rabia, porque querías quedarte jugando más tiempo… al verbalizar lo que está sucediendo le ayuda al niño a comprender y verbalizar estas acciones de descontrol en el futuro. Permite su desahogo, además es necesario e importante tener contacto visual, bajar a la altura del niño/a de manera de enviarle una señal de empatía y no de autoridad.
Otra estrategia que resulta, es desviar la atención hacia otra casa, ofrecer otra alternativa de juego o juguete que le agrade. Esto le ayudará en el futuro a buscar otras alternativas ante situaciones difíciles.
Cuando realizamos un manejo respetuoso de la pataleta, le estamos enseñando a nuestros pequeños/as a regular sus emociones, a expresarse sin miedo y adquirir herramientas para autorregularse ante situaciones que le generen un conflicto.
Por otra parte, es importante destacar que nunca debes castigar o ridiculizar al pequeño por una pataleta es una etapa en la que hay que estar presentes para ayudarles a manejar sus emociones, no hay que reprimirlas, hay que aprender a manejarlas.
En esta etapa como mamá te invito a tener Paz-ciencia, contención, compresión y mucho amor, recuerda que el fin es la promoción de un desarrollo socio emocional sano.
Y no olvides estos sencillos pasos:
- Respetar y aceptar
- Bajar a su altura
- Acompañar y contener
- Mantener la calma y empatizar
- Ofrecer alternativas
Nos leemos pronto, y tú cómo manejas las pataletas de tu hijo/a, comparte tu experiencia podría ser de ayuda para otras mamás.
Photo by Caleb Woods on Unsplash