Desde hace algún tiempo hasta acá los procesos de admisión a los colegios se han vuelto un carrera incansable para los padres por quien llega primero a recoger un número: filas interminables, una tómbola como en la lotería o estar pegados a la página web del colegio para postular.
Cuando en las noticias muestran a los padres estresados en los gimnasios de los colegios que esperan “tener suerte” para que su hijo tenga un cupo en el colegio, yo pienso ¿Cómo llegamos a esto? Y la respuesta es de puro sentido común: el estado entrega una educación tan mala que los colegios buenos han debido recurrir a este método.
Todas estas noticias que podemos ver en televisión son una muestra clara de lo terrible que es el sistema educativo en Chile, y perdón la sinceridad, pero solo aquellos niños que lograron un cupo en una buena escuela municipal o en el colegio particular que pueden pagar sus papás son los felices. El resto, que es la gran mayoría, se debe conformar con la educación mediocre.
Cuando el proceso de postulación termina, muchos padres salen decepcionados de estos procesos: la suerte no estuvo a su favor, no alcanzaron a llegar a adquirir un número a la fila o sus hijos no pasaron las pruebas de admisión de los colegios. Y, para seguir con la sinceridad, la culpa no es del niño ni de los padres, es de nuestro sistema educacional.
Pruebas y preuniversitarios para niños
Para los colegios, la forma más simple de realizar los procesos de admisión es por medio de pruebas estandarizas y entrevistas con la familia y los niños. Estas pruebas se realizan en un contexto ajeno a los pequeños, generalmente dentro de los establecimientos y con personas que son desconocidas para los niños que tienen 4 o 5 años.
De esta manera, este proceso se da bajo un entorno totalmente extraño para los niños, quienes pueden sentir ansiedad de estar en un lugar desconocido y con personas que nunca antes ha visto. Por otro lado, algunos padres no ayudan mucho, ya que ponen presión en los pequeños postulantes por hacerlo bien y los bombardean de preguntas una vez sale de la sala para ver si les fue bien o no.
Hoy en día existe el servicio de preparación para la postulación a los colegios, algo así como clases particulares para practicar las posibles preguntas y actividades que le toque hacer al niño en la entrevista. ¿Qué pasa con esto? Que los futuros estudiantes adquieren una ansiedad que no deberían, aquellos que tienen necesidades educativas especiales no son válidos para los colegios “tradicionales” porque los niños no llegan a los estándares que ellos necesitan y por tanto son segregados a colegios que los aceptan porque se especializan en eso o porque tienen subvención del estado y necesitan completar su porcentaje de niños para el proyecto de integración.
La tómbola
La tómbola es otro método usado para la selección “arbitraria” de postulantes a colegios. Bajo esta modalidad los padres hacen filas para conseguir un número y el día en que la tómbola gira deben tener número en mano para ver si el pequeño es admitido o no en el colegio. Esto es solo suerte, acá no se evalúan las capacidades de los niños, si no el solo hecho de que los padres deben estar atentos para retirar un número y asistir a la ceremonia de selección con todos los amuletos de la suerte que se tenga.
¿Qué hacer?
Esperar a que la educación mejore, elegir una escuela con método alternativo o asumir que el sistema es así y esperar el mejor futuro para nuestros hijos. También está en las manos de la familia que los niños puedan tener una educación variada de acuerdo a sus intereses, con esto quiero decir que como padres podemos apoyar el proceso educativo de nuestros hijos proponiendo en los hogares actividades de desarrollo intelectual: jugar al memorice, plantar semillas, conocer museos, etc.
Educación ideal
Existe la educación ideal, sueño con eso y espero algún día que los gobernantes de nuestro país tomen la decisión de hacer las cosas bien. Y ¿Cómo es la educación ideal? Colegios gratuitos y de excelencia comprobada, que puedan tener distintos métodos de aprendizaje, que se fomente el trabajo en equipo, la posibilidad de hacer la misma cosa de diversas formas para así desarrollar el ingenio.
Que estos maravillosos colegios estén en cada uno de los barrios de nuestro país para que los niños no tengan que recorrer grandes distancias, que sean pocos estudiantes por aula para que así los profesores se puedan dedicar en exclusividad a cada una de las necesidades de los niños y, por su puesto, que no existan las tareas para la casa para que así pueda existir más desarrollo de actividades familiares (lo que implicaría bajar las jornadas laborales y tener trabajadores felices, pero eso es otro tema).
Y ustedes ¿Cómo han sobrellevado el proceso de postulación a los colegios? ¿Están de acuerdo con el sistema? ¿En desacuerdo con los métodos utilizados? ¿Piensan en una educación ideal para sus peques? Las leo.
Escrito por, Maca Rojas, docente universitaria. Mamá primeriza y aprendiz de este nuevo rol. Su nuevo mundo lo integran la pequeña Maite, su amado Marco, hijos perrunos y una eriza de tierra arisca. Inquieta, habladora y entusiasta. Se suma como colaboradora en el Blog
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