Juegos en movimiento, fundamentales para integrar aprendizajes del primer semestre

Gracias a la psicología evolutiva y del aprendizaje se sabe que el primer lugar desde donde se empieza a experimentar y a aprender es el cuerpo. Se convierte en la referencia central, hasta él llegan todas las sensaciones y percepciones del exterior. Si además se usa el movimiento, se obtiene información de lo que pasa en el entorno cuando se realiza una acción. Si este proceso se repite lo suficiente, se aprende y se adquiere destreza. Si además hay diversión, el aprendizaje se consolida más rápidamente. Es decir, jugar, experimentar, moverse y repetir, son las claves.

smartick.com, plataforma que a través de la inteligencia artificial desarrolla el pensamiento matemático de niños entre 4 y 14 años, propone los siguientes juegos en movimiento para que los pequeños fijen lo esencial de su aprendizaje de geometría y lógica del primer semestre.

Juegos usando todo el cuerpo

motricidad gruesa: Aprender geometría saltando y estimulando el pensamiento espacial. Para juegos con figuras geométricas es importante saber la secuencia en la que se van incorporando las primeras figuras, esto además estimula la lógica.

Laberintos: son muy interesantes para mejorar la habilidad de razonamiento y resolución de problemas. Se pueden hacer en la casa, usando muebles livianos, almohadas y cojines.

Figuras geométricas en el suelo: Dibuja muchas figuras geométricas con tiza en el suelo sin orden aparente y con distintos colores. El niño tienes que saltar de una a otra según la instrucción del adulto, sin caer y consiguiendo llegar al otro lado de la franja de figuras.

El luche con figuras geométricas, letras y números.

Poder tocar las formas: Todo lo de la casa sirve para hacer figuras geométricas. Explorar hacerlas con legumbres, fideos, palitos, lo que esté a mano, les ayuda a plasmar la forma en el consciente, aportando tremendamente al futuro desarrollo de esta práctica matemática.

Juegos sensoriales: representaciones mentales a través del tacto, con ellos se mejora la visualización interna y, consecuentemente, el mapa mental del cuerpo.

 Dibujar en la piel: el juego de las figuras geométricas hechas en la espalda o en la mano o en la pierna sin ver el trazo. Con los ojos cerrados se estimula y experimentar la visualización de estímulos externos y formas abstractas a través de las sensaciones propioceptivas del cuerpo.

Sintiendo las letras: crear letras con plasticina, miga de pan o esponjas. Tocarlas, sentirlas recorrerlas, hace que los niños perciban la tridimensionalidad de un objeto que sólo aparece en 2D normalmente, enriqueciendo las percepciones.

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